Virgen y Santuario de El Cañavate ( Cuenca )

Muchas imágenes veneradas por el pueblo durante la invasión y dominio del Islán ( del año 711 a 1.492) se escondieron en los más diversos lugares, y a lo largo de la baja edad media y en la época renacentista, afloran por doquier multitud de ellas y, sus advocaciones, siempre estuvieron relacionadas con el nombre del lugar en el que se habían aparecido o hallado.

La Virgen de Trascastillo, como tantas otras, es una imagen hallada y su bucólica leyenda, idéntica también a otras muchas, dice que, el año 1.456, encontrándose un pastorcillo apacentando su rebaño en la parte posterior del castillo, vio a la Virgen sobre un majano y, dirigiéndose a él, le dijo: “ Bajo este montón de piedras, se halla una imagen mía y deseo que sea rescatada y venerada en este mismo lugar.”

Comprobada la veracidad del presuroso mensaje que, desde la cima del cerro trajo al pueblo el pastorcillo, las gentes de El Cañavate acudieron en masa al lugar indicado. Retiraron con avidez las piedras del majano y, efectivamente, allí estaba la imagen de la Virgen.

Con devoción y entusiasmo la bajaron a la iglesia donde, según ellos, estaría mejor cuidada, pero a la mañana siguiente vieron, con sorpresa, que la imagen había desaparecido del preferente sitio en que había sido colocada. Ansiosos la buscaron y volvieron a encontrarla sobre las piedras del majano en donde la había visto el pastorcillo, comprendiendo así, que era deseo de la Señora ser venerada en ese mismo lugar.

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