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La imagen de la Virgen de Tracastillo a través del tiempo
Ante
el patente deterioro de la cara, de las manos y de los brazos de
la Virgen
,
la Hermandad
de Nuestra Señora de Trascastillo, con el visto bueno del Obispado y de
la Comisión Provincial
para la conservación del Patrimonio, en junio de 1.999 confía la
imagen a Don Luis Priego, restaurador y Profesor de
la Escuela
de San Fernando de Madrid. Pasados unos días comunica a
la Hermandad
que bajo las envolturas de escayola y paja que constituían el cuerpo de
la imagen, aparece una talla de madera policromada, relativamente bien
conservada que, sin duda, corresponde a la primitiva imagen de
la Virgen.
¿Puede ser la talla recuperada
la que narra la leyenda? No es posible aventurar una respuesta
afirmativa pero sí sabemos que el hallazgo es un valioso documento.
La talla recuperada es de madera policromada, con una altura de
68 cm
. Es una imagen frontal y sedente, con su hijo sentado sobre sus
rodillas y desplazado hacia la izquierda. La características iconográficas
revelan que se trata de una “Maiestas” (
la Virgen
es el trono en el que se muestra la sabiduría del Niño) y cronológicamente
estas imágenes pueden datarse en el final de la baja edad media – últimas
décadas del Siglo XII, Siglo XIII o primeras décadas del Siglo XIV –
en la que se siguen repitiendo formas y rasgos románicos. Con estos
datos podemos aventurar, con bastante probabilidad, que la talla
recuperada es anterior a 1.456, fecha en que según la leyenda se
apareció al pastorcillo.
Parece ser que fue en el Siglo XVI cuando se generalizó la
costumbre de vestir las imágenes con el fin de proporcionarles un
aspecto más acorde con las vestimentas de la época. Nefasta costumbre
para tantas imágenes y, por lo tanto, para la Virgen de Trascastillo
que ha llegado a nosotros terriblemente mutilada.
Le faltan los brazos, el Niño, las rodillas y falta por descubrir
la que pueda quedar de la cabeza.

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Así sería la primitiva Imagen |
Imagen Mutilada descubierta |
Tras
la mutilación desaparece su fisonomía original y nos encontramos con
una imagen transformada. Para poderla vestir se labran antebrazos y
manos nuevas; se cubre con un manto bordado que forma un cono desde los
hombros hasta un pedestal barroco; corona de metal y cara enmarcada con
un rostrillo que realza el gesto y la mirada. Un cetro en la mano
derecha y, en la izquierda, un Niño vestido en consonancia.

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Con
esta nueva figura se veneró
la Virgen
de Trascastillo hasta la última década del Siglo XIX, fecha en
que, según el restaurador Luis Priego vuelve a ser retocado el
rostro |
Imagen
Transformada |
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Desaparece
el rostrillo, se dulcifica y rejuvenece la expresión y un espléndido
pelo moreno, crecido normalmente en las cabeza de jóvenes de El
Cañavate, enmarca una cara aniñada.. Esta última es la imagen
que todos conocemos |
Imagen
Actual |
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