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EL PREGONERO
No por inesperada, la voz del pregonero rompía,
a veces, la tranquila paz de la faenas cotidianas .
Desde todas y cada una de las esquinas, previo el pitido de la
flauta, pito o “turuta”, la sonora y cálida voz del pregonero, ya a
las primeras horas de la mañana, anunciaba la llegada
de los hortelanos de El Picazo o Cañada Juncosa, de algún
quincallero o, quizás, de un vendedor de “Vedreao”. Los buhoneros
no necesitaban sus servicios
porque, desde su carro, voceaban por las calles sus mil misteriosas
mercancías que, indefectiblemente, despertaban la imaginación y fantasía
de los niños. Cuando
la flauta sonaba tres veces, era obligado escuchar porque el mensaje
procedía del Ayuntamiento y no se podía alegar ignorancia, si no se
cumplía lo anunciado. En estos casos, la voz del pregonero, henchida de
solemne autoridad, empezaba así: “De
orden del Sr. Alcalde, se hace saber, a todos los vecinos que tengan
cabras u ovejas en la Dula, que a partir de mañana, se pasarán por el
Ayuntamiento, para pagar la cuota de pastos”. El Pregonero siempre fue un hombre
familiar, entrañable y, exento de toda
culpa, aunque sus mensajes contrariasen los deseos e intereses de
sus oyentes. En las personas de Luis Sarrión, “EL COJO” y Dionisio Buendía, “PORTILLO”, los recordamos a todos y, para los jóvenes que no llegasteis a conocer tan noble quehacer, dejamos testimonio de un pasado que, ni fue peor ni mejor, simplemente fue distinto. |
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Autor de los contenidos:
Avelino Alfaro Olmedilla
Webmaster:
Miguel García |
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